Como cuando volvés de un viaje largo a Buenos Aires, y te parás en la Plaza de Mayo que ves todos los días y te había cansado. Ahí te das cuenta por primera vez, cuánto te gusta esta "fucking ciudad" (al estilo Fito) y cuánto la habías menospreciado. Pocas cosas son tan placenteras como descubrir la belleza de lo cotidiano.
Como cuando volvés de un viaje largo a Buenos Aires, y te parás en la Plaza de Mayo que ves todos los días y te había cansado. Ahí te das cuenta por primera vez, cuánto te gusta esta "fucking ciudad" (al estilo Fito) y cuánto la habías menospreciado.
ResponderEliminarPocas cosas son tan placenteras como descubrir la belleza de lo cotidiano.