31 may 2012
28 may 2012
Densidad
Los últimos días iba por la ciudad como sintiéndome sin aire, sintiendo el peso de toda la ciudad, los colectivos, autos, motos, gente, edificios, carteles; sentía que se me venían encima, como una especie de representación cinematográfica que no tenía abolsutamente ningún fundamento lógico. No encontraba aire entre tantas cuadras, el espacio para la calle era mucho y para la vereda poco, parecía que no alcanzaba ni para unos ni para otros. Miraba para arriba buscando un poco de claridad, un poco de cielo, algo que me hiciese romper con esta especie de sensación magnificada. Como no podía ser de otra manera, no pude evitar pensar mas allá y después de algunas variables en el camino, llegue a esta idea de "densidad urbana", por lo que cuando llegué a mi casa fui a buscar unas imágenes que me acorde que tenía y que sirvieron como una especie de reflexión sobre la relatividad de ciertas cosas.
Hay veces que uno siente su realidad o determinados hechos como absolutos e imposibles que existan peores, sin embargo, siempre viene bien poder tomar perspectiva de las cosas, alejarse aunque solo fuese mentalmente, para poder tomar otra dimensión de lo que nos sucede. Tratar de comprender y abarcar el hecho, cualquiera sea este, nos hace poder usar las herramientas mas precisas para abarcarlo, desecharlo, incorporarlo o lo que fuese.
Acá van una imágenes que tenía desde hace un tiempo, en su mayoría de edificios de Hong Kong, que muestran la densidad agobiante que se vive en algunas grandes ciudades, que genera las condiciones inapropiadas, insalubres, y caóticas en las que vive una gran cantidad de gente. Las imágenes pueden hasta hacernos perder de vista que ahí vive gente, mucha gente, con distintas culturas pero con las misma necesidades que todas tenemos.
Hay veces que uno siente su realidad o determinados hechos como absolutos e imposibles que existan peores, sin embargo, siempre viene bien poder tomar perspectiva de las cosas, alejarse aunque solo fuese mentalmente, para poder tomar otra dimensión de lo que nos sucede. Tratar de comprender y abarcar el hecho, cualquiera sea este, nos hace poder usar las herramientas mas precisas para abarcarlo, desecharlo, incorporarlo o lo que fuese.
Acá van una imágenes que tenía desde hace un tiempo, en su mayoría de edificios de Hong Kong, que muestran la densidad agobiante que se vive en algunas grandes ciudades, que genera las condiciones inapropiadas, insalubres, y caóticas en las que vive una gran cantidad de gente. Las imágenes pueden hasta hacernos perder de vista que ahí vive gente, mucha gente, con distintas culturas pero con las misma necesidades que todas tenemos.
Las ventanas de algunos de esos monstruosos edificios que anteponen historias de todo tipo, pasan a no verse, a desmaterializarse, a perderse y confundirse con la confusión mental que genera tratar de comprender semejante escala.
Acá el hombre desapareció de la escala comprensible, acá el hombre pareciera estar supeditado a la máquina, al sistema que indefectiblemente hace la suerte de unos y otros, como si esos mismos que están así, no fuesen indispensables para que todo esto funcionara.
Acá el hombre desapareció de la escala comprensible, acá el hombre pareciera estar supeditado a la máquina, al sistema que indefectiblemente hace la suerte de unos y otros, como si esos mismos que están así, no fuesen indispensables para que todo esto funcionara.
Despues de mirar las fotos, saca la cabeza y respira.
8 may 2012
4 may 2012
2 may 2012
Tengo en la memoria haber
desarrollado una historia que hoy aca no encuentro, y esta me hace preguntar la
veracidad en la que transcurrieron estos últimos días, no puedo recordar, o
simplemente no sucedió?
Los cielos y decorados que me
enmarcaron este tiempo no fueron tan distintos a los anteriores, pero mi
percepción claramente estuvo distorsionada.
Estuve días y mas días en alocadas
fiestas donde el champagne parecía emparejar a todos, y repentinamente
despertaba y eso no existía, y me veía desnudo, fuera de la cama, y en
ocasiones caminando por la casa en la oscura madrugada.
Hoy los riñones me piden descansar,
y eso sumado a aquella vez que me pelee en la puerta de un conocido bar
céntrico dio como resultado que ya nadie me llame. Me pregunto como se pueden
olvidar tanto que les di, y tanta popularidad que conseguí…
Todo esto me lleva a pensar en
recomponer la relación que abandoné hacia años con familiares y alguno que otro
más, quiero explicarles lo que no pude en ese momento, un poco por
inexperiencia, y otro poco por inoperancia, pero mi fama no era compatible con
verdaderos vínculos de desinteresado amor.
Espero que alguien me abra la
puerta, que me recuerden sin rencor, alguien que me de un lugar a este frío ser
que olvido como era amar.
Tantos años pasaron de haber alejado
el camino que soñé de niño, que me sorprende todavía recordarlo. Cuando se
acerca el fin de las cosas pareciera que es cuando aprendemos a disfrutarlas, y
para ese momento ya es demasiado tarde. El disfrute tiene que estar en el
vivir, no en el irse.
Alguien me contó el concepto de
derrochar vida, y eso fue lo que hice, la derroche, la mal gasté, y cuando lo
entendí, me di cuenta que ya no podía parar los hechos que se desencadenaban.
Soñé utopías y en los bares de
nudistas las destrocé. Hoy siento el desarraigo de sentimientos que me conecten
con este mundo, la sonrisa se borro de este rostro marcado por el falso éxito.
Hoy nada tengo, porque nunca tuve antes tampoco.
La sociedad ya me negó un noble
gesto, un grato recuerdo para alguien que no fue muy distinto a ellos, y ya no
puedo caminar por la calle si sentir el peso juzgador de mis vecinos y de los
otros que no lo son pero que lo serían solo para odiarme.
Me acusaron de los peores delitos y
nada pudieron comprobar, sin embargo el rechazo sigue en sus miradas.
Traté inútilmente en ser diferente a
lo que realmente soy, y todo el tiempo quise ser ese otro que no desentonara,
para poder ser como los demás, para no levantar sospecha, para no explicar,
pero solo fueron esfuerzos por determinado tiempo. Finalmente la realidad me
quiso tumbar, y yo como tantas veces le hice frente, y como igual cantidad de
veces caí, una y otra vez, caí y volví a caer si es que se puede caer varias
veces sin levantarse. Incluso seguí por un tiempo pensando que lo había
conseguido, que esta vez no me caería, que esta vez sería diferente, como los
adictos, volvemos a enterrarnos en nuestras propias miserias, y ahí fui a para
una vez mas.
Cada vez éramos menos cantidad y
cada vez mas unidos, lo único mayor eran los desafíos y la edad, el resto iba
en disminución…
(…) Esta pasó a ser otra historia
mas de las que sucedieron por estos lugares, y yo solo un cualquiera mas de los
que aquí estamos, siempre esperando, en eterna espera, con eterna esperanza,
soñando con lo nos queda, sin pensar en todo lo que perdimos.
Llegar hasta aquí no fue nada fácil,
aunque lo que haya siempre parezca poco, solo no vino, y tampoco solo se va a
ir.
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