La ciudad tiene lo maravillosa de las oportunidades, cosas que aparecen sin buscarlas, y que siempre amplían el campo del conocimiento, en este caso tuve la suerte de encontrarme con algo muy curioso como un tanque de libros, o mejor dicho, una verdadera arma de instrucción masiva como lo llama el propio autor.
“La educación está en la casa y la instrucción está en la escuela”, sentencia el argentino Raúl Lemesoff, que considera vital que la lectura sea un elemento más de la vida cotidiana.
Este increíble "tanque" no recibe dinero de ningún organismo oficial, se alimenta de donaciones de libros y de escasas aportaciones económicas para el combustible. Lemesoff consigue de vez en cuando vender alguna de sus esculturas: “Por ahí tengo un montón de plata y por ahí me paso los días sin comer, pero lo que yo hago es muy gratificante y entonces lo sigo haciendo. Es increíble que haya transcurrido tanto tiempo haciendo esto y que planee seguir haciéndolo, a mí me asombra”.
Aunque el artista reconoce que, por falta de combustible, no llega a todos los lugares que quisiera (su sueño es recorrer el sur del continente americano), se queja más de que los libros no lleguen a él con facilidad, que tenga que visitar los barrios más ricos de las grandes ciudades para recibir un puñado de cuentos infantiles que luego vuelan entre los niños del campo o de las Villa Miserias: “Tiene que haber un cambio en la humanidad. Adaptar tu vehículo para regalar libros es un cambio y no colaborar con una donación, es falta de conciencia”.
“si el arma se cruza en tu camino no dudes en elegir un libro, llevártelo y comprometerte a donar algunos libros que tengas en tu casa. El ADIM pasa y los recolecta: escribí a armadeinstruccionmasiva@hotmail.com, se aceptan todo tipo de libros”, dice Raúl.